Una Liliana preocupada por no haber tenido tiempo para estudiarla hizo una escucha de la pista definitiva grabada el viernes pasado a la cual se sumó una toma que grabó María del tema media hora antes, al volver del break, como referencia. Con la letra del tema y la partitura impresa (que se habían cruzado vía mail con Diego hacía unas semanas) Liliana se aisló en la cabina de grabación y solo dijo: “Cesar...grabá todo, voy a cantarla entera de comienzo a fin”.
Fue estremecedor oir esos versos en sus labios. Los hizo propios al instante y tras una primera toma desgarradora se lanzó a una segunda con otra búsqueda, con más aire entre frases, dibujando y desdibujando la melodía original constantemente con su estilo único. Diego y María desde la consola sabían que este aire de zamba jazzeado era para ella, pero comprobarlo fue estremecedor.
De nada se privó la invitada: fraseos y tarareos improvisados, palabras que aparecen susurradas...todo.
De todas formas Liliana no estuvo conforme al escuchar las 2 tomas, preguntó si hacía falta otra, pero la materia prima sobraba. “Ustedes hagan lo que quieran gurises, pongan las partes que quieran, editen como más les parezca”.El dúo sabía que el conjuro se había consumado, ahora solo restaba la dificil tarea de elegir con qué hechizo quedarse.
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